Qué ver en Amsterdam

Hace tiempo que no organizo un viaje ni me subo a un avión, y la verdad es que ya va siendo hora de cambiar eso. Esta vez he decidido planear una escapada corta, de tan solo 3 días, para disfrutar tanto del trayecto como de la experiencia de conocer un lugar nuevo. El destino elegido: Ámsterdam, una ciudad que, por razones un tanto absurdas, tenía vetada visitar. Ahora, aprovechando estos días libres, he decidido darle una oportunidad y contarte qué ver en Amsterdam.

Qué ver en Amsterdam

Lo primero que quiero hacer es preparar la ruta de lugares que quiero explorar. Aunque el viaje es dentro de dos semanas, tengo clara la idea de que quiero disfrutar de Ámsterdam con calma, apreciando sus calles, sus casas con fachadas típicas, el puerto y, por supuesto, los mercadillos que se encuentran junto a los canales. De manera especial, me llaman la atención los puestos de libros antiguos y las tiendas de antigüedades; tengo el presentimiento de que podré encontrar algún tesoro que me acompañe a casa.

Antes de entrar en más detalles, un apunte cultural interesante: aunque solemos llamar «Holanda» a todo el país, su nombre oficial es Países Bajos, y esto incluye las provincias de Holanda del Norte y del Sur. Ámsterdam es su capital oficial y cultural, algo que la convierte en un destino imperdible. Ahora que tenemos esto claro, vamos con el boceto de plan detallado.

Día 1: Llegada y primera toma de contacto
Llegaremos a Ámsterdam por la tarde, así que el primer día será más relajado. Nos alojaremos cerca de la Plaza Dam, una de las zonas más céntricas e icónicas de la ciudad. La idea es aprovechar esa tarde-noche para pasear por los alrededores, admirar el Palacio Real y disfrutar del ambiente nocturno junto a los canales. Si el tiempo lo permite, buscaremos un buen lugar para cenar y relajarnos después del viaje. Esta primera toma de contacto será perfecta para empezar a sentir la magia de la ciudad.
Día 2: Explorando los imprescindibles de Ámsterdam
El segundo día comenzará explorando a fondo la Plaza Dam. Esta plaza es el corazón de Ámsterdam y alberga algunos de los edificios más importantes, como el Palacio Real, el Museo Nacional y el famoso museo de cera de Madame Tussauds. Sin embargo, mi verdadero interés está en recorrer las calles del Barrio de Jordaan, conocido por sus callejuelas estrechas, sus encantadores cafés y sus tiendas independientes.
Un punto destacado será la visita a la Casa de Ana Frank. Como solo se puede acceder con reserva previa, planeo asegurar mi entrada antes del viaje. Este lugar, además de ser un testimonio histórico, es un recordatorio de una etapa oscura que nunca debemos olvidar.
Después de explorar Jordaan, quiero visitar la zona de las «9 Straatjes«. Este conjunto de calles es famoso por sus boutiques únicas y sus pequeñas tiendas. Estoy seguro de que encontraré algo interesante para llevarme como recuerdo. Más tarde, tengo previsto pasar por la tienda Akkerman, una de las papelerías más prestigiosas de Europa. Como amante de la escritura y las plumas estilográficas, esta visita es imprescindible en mi agenda.
Para cerrar el día, daremos un paseo por el Barrio Rojo. Este lugar es conocido mundialmente por su peculiar historia y cultura. Aunque su reputación es controvertida, creo que es un imprescindible en el viaje. En el camino de vuelta también planeo visitar la Oude Kerk, la iglesia más antigua de Ámsterdam, que data del siglo XIII.
Día 3: Mercados y cultura local
El tercer día estará dedicado a disfrutar de los mercados y la vida más cotidiana de Ámsterdam. Comenzaremos en el mercado de Albert Cuyp, uno de los más antiguos y grandes de Europa. Es el lugar ideal para encontrar productos locales y disfrutar de la comida callejera típica.
Después del mercado, nos dirigiremos al Barrio de Pijp, una zona vibrante con multitud de restaurantes y cafeterías donde seguro encontraremos algo delicioso para comer. Por la tarde, me he propuesto visitar uno de los famosos coffee shops de la ciudad. Tengo mucha curiosidad por ver cómo funcionan y cuál es el ambiente que se respira en estos establecimientos. Creo que será una experiencia interesante y, sin duda, diferente a lo habitual.
Día 4: Despedida y planes flexibles
El último día lo he dejado libre para cualquier actividad que no hayamos podido encajar en los días anteriores o para seguir alguna recomendación que descubramos durante el viaje. Este tipo de flexibilidad siempre viene bien en los viajes, ya que permite improvisar y adaptarse a lo que surja. Finalmente, volveremos al aeropuerto para regresar a casa con la maleta llena de recuerdos.

Soy consciente de que en este viaje se me quedarán muchos lugares por visitar, como el Museo Van Gogh, el de Rembrandt o incluso la Heineken Experience. Sin embargo, mi estilo de viaje es más relajado y centrado en recorrer las calles, los mercados y observar cómo vive la gente del lugar. Para mí, esos momentos espontáneos tienen un valor incalculable.

Estoy seguro de que esta experiencia en Ámsterdam me sorprenderá y me dejará con ganas de volver para explorar aún más. A la vuelta, te contaré todos los detalles y te compartiré mis impresiones, fotos y anécdotas. ¡Espero que esta guía te inspire a planificar tu propia aventura en esta maravillosa ciudad!

Por Antonio Mejias

Soy Antonio Mejias, “cyfuss” desde mis inicios en internet allá por el año 2000. Desde entonces, mi vida laboral ha girado en torno al mundo informático en todas sus variantes y a mis aficiones. Todas ellas muy diferentes entre si. Literatura, música, fotografía, deporte, ...

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